SAN ROQUE DE MONTPELLIER
San
Roque nació en Montpellier y fue un peregrino que se desplazó a
Roma. Recorrió Italia y se dedicó toda su vida a curar a todos los infectados
de la peste. Su fiesta se celebra el 16 de agosto.
HISTORIA DE SAN ROQUE
Roque era hijo de Juan y Libera, príncipes de Montpellier y descendientes de la Casa Real francesa, y ambos vasallos del rey Jaime II de Aragón. Sus padres no podían tener hijos y rogaron a la Virgen María que les concediera un hijo. Nacido este con un lunar, le llamaron Roque. A los siete años ya hacía todo tipo de obras piadosas y caritativas.
Cuando tenía doce años, su padre cayó enfermo y le dijo: "Roque, me estoy muriendo.
Como legado te dejo cuatro cosas; la primera, servir a nuestro Señor Jesús; la segunda, servir siempre a los pobres; la tercera, te nombro dueño de mi propiedad y bienes, que deberás emplear en beneficio de los pobres; la cuarta, que siempre haya en tus casas, espacio para pobres, enfermos y huérfanos".
Cuando tenía doce años, su padre cayó enfermo y le dijo: "Roque, me estoy muriendo.
Como legado te dejo cuatro cosas; la primera, servir a nuestro Señor Jesús; la segunda, servir siempre a los pobres; la tercera, te nombro dueño de mi propiedad y bienes, que deberás emplear en beneficio de los pobres; la cuarta, que siempre haya en tus casas, espacio para pobres, enfermos y huérfanos".
Cuando Roque tenía 20 años, su madre murió y él se dedicó a visitar las casas de los pobres, a ayudar a enfermos y necesitados de palabra y obras. Todo lo que su padre le había dejado lo dio a los pobres siguiendo el consejo evangélico. Cuando consideró que había cumplido a su padre, decidió marchar en peregrinación a Roma. En Italia se estableció en Acquapendente, en la Toscana y allí se dedicó a cuidar de los enfermos de peste en el hospital, haciendo de médico, enfermero, herbolario y de sepulturero. En ese período, durante sus estancia en el hospital se cuentan numerosas curaciones milagrosas.
Después de un largo viaje por varias regiones, llegó finalmente a Roma, que estaba llena de apestados. Obtuvo alojamiento en el palacio de un cardenal que, al poco tiempo, también cayó enfermo, pero Roque lo sanó haciéndole la señal de la cruz.
Permaneció tres años con el cardenal, dedicado a los enfermos y los pobres, sin revelar su origen noble. Cuando el cardenal murió, se fue a Piacenza, pues había oído decir la peste hacía estragos allí.
Después de un largo viaje por varias regiones, llegó finalmente a Roma, que estaba llena de apestados. Obtuvo alojamiento en el palacio de un cardenal que, al poco tiempo, también cayó enfermo, pero Roque lo sanó haciéndole la señal de la cruz.
Permaneció tres años con el cardenal, dedicado a los enfermos y los pobres, sin revelar su origen noble. Cuando el cardenal murió, se fue a Piacenza, pues había oído decir la peste hacía estragos allí.
Se llegó al hospital donde pasó mucho tiempo acogiendo pobres, sanando a la gente y predicando el evangelio hasta que inevitamblemente, y como era previsible se contagió de peste.
Ya víctima de la enfermedad, le salió una llaga purulenta por lo que fue tratado como un apestado más, despreciado e incluso expulsado del hospital. Entonces se refugió en una cueva a las afueras de Piacenza.
EL PERRO Y SAN ROQUE
Estando San Roque en la cueva, dando gracias a Dios por tener una terrible sed y no disponer de agua, milagrosamente, surgió una fuente de una roca, pudiendo apagar su sed.
Dios, en su infinita Misericordia, tenía otros planes para el bueno de Roque, y todos los días aparecía en la cueva un perro que le llevaba una rosquilla de pan además de lamerle las úlceras que la enfermedad había producido en su cuerpo.
Todos los días, el perro tomaba un panecillo de la mesa de su amo , un hombre bien acomodado llamado Gottardo Pallastrelli, el cual, después de ver la escena repetidamete, decidió un día seguir a su mascota. De esta forma, penetró en el bosque donde encontró al pobre Roque, moribundo. Ante la sorpresa, se lo llevó a su casa, lo alimentó y le hizo las curaciones oportunas.
Gottardo, después de comprobar la sencillez de aquel hombre y de haber escuchado las palabras del evangelio que le enseñó, decidió peregrinar como él dedicándose a los pobres. Y ocurrió un milagro: los apestados de Piacenza sanaron. Entonces Roque rezó para que Dios le librase de su enfermedad, y así pasó. La curación definitiva de Roque fue posible gracias a un ángel que se le apareció y lo sanó.
Una vez curado, Roque decidió volver definitivamente a Montpellier, su tierra natal,
pero debido al duro trabajo y a la enfermedad que había padecido quedó desfigurado; por lo que al llegar a Montpellier, nadie lo reconoció.
Como Montpellier estaba en guerra, lo denunciaron como posible espía por lo que fue arrestado en Anguera, cerca del Lago Mayor en Italia.Fue interrogado por un juez, y no defendiéndose, fue encerrado durante 5 años en la cárcel hasta que murió de flaqueza 1376 y 1379.
Cuando San Roque murió en la cárcel, su celda se iluminó de manera asombrosa y el cuerpo muerto aparecía como resplandeciente.
Junto al cuerpo había una tablilla con una inscripción: "Quién le implore, se librará de la peste", por lo que rápidamente se corrió la voz de que en la cárcel había muerto un santo.
El gobernador, que era su tío materno, fue a la cárcel y lo reconoció por lo que se le rindieron unas exequias realmente triunfales. Fue sepultado en una iglesia local, y posteriormente se construyó una iglesia en su honor.
Como Montpellier estaba en guerra, lo denunciaron como posible espía por lo que fue arrestado en Anguera, cerca del Lago Mayor en Italia.Fue interrogado por un juez, y no defendiéndose, fue encerrado durante 5 años en la cárcel hasta que murió de flaqueza 1376 y 1379.
Cuando San Roque murió en la cárcel, su celda se iluminó de manera asombrosa y el cuerpo muerto aparecía como resplandeciente.
Junto al cuerpo había una tablilla con una inscripción: "Quién le implore, se librará de la peste", por lo que rápidamente se corrió la voz de que en la cárcel había muerto un santo.
El gobernador, que era su tío materno, fue a la cárcel y lo reconoció por lo que se le rindieron unas exequias realmente triunfales. Fue sepultado en una iglesia local, y posteriormente se construyó una iglesia en su honor.
El "Acta Brevoria", es el texto más fideligno de la vida de éste santo, redactada en el Norte de Italia, de autor anónimo, pero de la que la mayoría de los historiadores creen que fue escrita por el propio Gottardo Pallastrelli.
En 1485 las reliquias fueron trasladados desde Montpellier a Venecia, hecho que desplegó su culto por toda Europa, sobre todo gracias a los franciscanos, que le hicieron terciario de su orden.
Las primeras representaciones del santo están en Nuremberg y Bingen, asimismo los primeros traslados de otras reliquias fueron a Amberes. Así que fueron los Países Bajos los que fomentaron más su culto.
En 1477, en ocasión de otra epidemia de peste, se fundó en Venecia una cofradía que bajo su honor se dedicó al hospedaje de enfermos de peste y que fue conocida como Confraternità o Scuole di San Rocco.
Dicha agrupación fomentó la devoción al santo construyendo capillas y más centros de acogida por toda Italia. Una de las iglesias conocidas que le están dedicadas es en París, muy cerca del museo del Louvre, que hizo edificar Luis XIV en 1563. Desde entonces se convierte en uno de los santos más populares para pedir su intercesión ante Dios. Es el abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias. El Papa Gregorio XIII lo declaró Santo en el siglo XVI y en muchos pueblos y ciudades lo veneran con gran devoción después de que él haya intercedido entre los habitantes. Son muchas las iglesias parroquiales que tienen una imagen de San Roque en los altares. Los principales templos de todo el mundo dedicados a San Roque están en Montpellier, en Venecia y en París. También en muchas poblaciones hay pequeñitas hornacinas con la imagen del santo que en forma de capillitas están instaladas en las calles.
SAN ROQUE Y EL CAMINO DE SANTIAGO
Se sabe que San Roque vino a España e hizo el camino de Santiago de Compostela, como peregrino. A la salida del pueblo de O´Cebreiro, en el conocido como Alto de San Roque (1270 m), se levanta una pequeña capilla dedicada a este santo de gran devoción.
En el Alto de San Roque, se erige una gran estatua de bronce de un peregrino luchando contra los elementos, apoyado en su bordón y sosteniendo con su mano izquierda el sombrero. Esta obra se ha convertido en uno de los símbolos más importantes de la Ruta Jacobea en Galicia, y se le conoce con el nombre de Monumento al Peregrino.
El Camino de Santiago posiblemente a partir del siglo XV y XVI, lo adoptó también como uno de sus santos preferidos confiriéndole en sus representaciones iconográficas los atributos de peregrino jacobeo.
En ocasiones estas representaciones de San Roque tienen como modelo las del propio Santiago Peregrino. Se diferencian por dos atributos: las marcas de la peste, visibles en sus piernas desnudas, y un perrito con un trozo de pan en la boca, que le ofrece al Santo.
ONOMÁSTICA Y PATRÓNAZGO
San Roque es junto a San Sebastián el abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias. San Antonio Abad, patrón de los animales, y debido al gran trabajo que tiene en proteger a los muchos que hay en el mundo, da permiso a San Roque para que se ocupe de los perros, es por ese motivo que San Roque es el protector de los perros. Se le puede pedir amparo para que no sean abandonados ni maltratados.
También es patrón contra la peste, el cólera y otras epidemias, y para el
dolor en los pies, las rodillas y las piernas, la rabia, la peste y todo
tipo de accidentes y llagas. Tamién es patrón de los picapedreros y marmolistas.
ICONOGRAFÍA
Su iconografía aunque variada, es abundante y perfectamente reconocible; viste de peregrino (bastón con calabaza, sombrero, concha). Suele levantar la ropa con un bonito gesto, para mostrar las llagas, y casi siempre le acompaña el perro, que lleva el pan en la boca, y a veces un ángel.
Su fiesta se celebra el 16 de agosto y es patrono de las ciudades de Montpellier, Parma y Venecia.
San Roque
"Un hombre rico, que se hace pobre,
un hombre noble, que se hace humilde;
un hombre libre que se hace esclavo,
un hijo único que se hace hermano de todos"
Te pedimos humildemente
¡Oh Glorioso San Roque!
que seamos dignos de
seguiros en el camino
que lleva a la salvación eterna
Amén
Te pedimos humildemente
¡Oh Glorioso San Roque!
que seamos dignos de
seguiros en el camino
que lleva a la salvación eterna
Amén