La Cuaresma es el tiempo litúrgico de arrepentimiento, de conversión, y de preparación a través del ayuno, la oración, la abstinencia y la caridad, que marca la Iglesia, para prepararnos para la gran fiesta de la Pascua.
Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados, y de cambiar algo de nosotros, para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días, comienza el Miércoles de Ceniza (13/02/13), y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo (28/03/13).
La liturgia considera el Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección, toda una celebridad junta llamada Triduo Pascual.
A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes, que debemos vivir como hijos de Dios.
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta de la Biblia.
En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, lleno de pruebas y dificultades.
El color litúrgico de este tiempo es el morado, que significa luto y penitencia.
Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón, de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a nuestros hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús.
Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
Obligación durante la cuaresma de cumplir ayuno y abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
Obligación durante la cuaresma de cumplir con la abstinencia de carne todos los viernes.
Que esta Cuaresma, sea para todos, un tiempo de Gracia y de Salvación para estar preparados para la Pascua: Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo.