viernes, 31 de enero de 2014

CANDELARIA


PRESENTACIÓN NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO.
VIRGEN DE LA CANDELARIA







ORIGEN DE LA FIESTA

Esta costumbre tiene su origen en la celebración litúrgica de la fiesta de la purificación de nuestro Señor y la presentación del Niño Dios al Templo.

En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el Levítico, que toda mujer debía presentarse en el templo, para purificarse pasados cuarenta días desde que hubiese dado a luz. Si el nacido era varón, debía ser circuncidado a los ocho días, y la madre debería permanecer en su casa durante treinta y tres días más, purificándose a través del recogimiento y la oración.

Cuando se cumplía la fecha, acudía en compañía de su esposo a las puertas del templo para llevar una ofrenda: un cordero o una paloma o tórtola. Con respecto al niño recién nacido, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios.



PRESENTACIÓN DE JESÚS AL TEMPLO

José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén. Por mandato de la Escritura, al presentar un niño en el templo había que llevar un cordero y una paloma, y ofrecerlos en sacrificio al Señor.

El cordero y la paloma son dos animalitos inofensivos e inocentes, y su sangre se ofrecía por los pecados, de los que sí somos ofensivos, y no somos inocentes. Jesús no necesitaba ofrecer este sacrificio, pero quiso que se ofreciera, porque Él, venía a obedecer humildemente a las Santas Leyes del Señor, y a ser semejante en todo a nosotros, menos en el pecado.

La Ley decía que si los papás eran muy pobres, podían reemplazar el cordero por unas palomas. Como María y José, eran pobres, llevaron dos palomas blancas en sacrificio, en el día de la Presentación del Niño Jesús. En la puerta del templo estaba un sacerdote, el cual recibía a los padres y al niño, y hacía la oración de presentación del pequeño infante al Señor.

En aquel momento hizo su aparición un personaje muy especial. Su nombre era Simeón. Era un hombre inspirado en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo, había prometido a Simeón que no se moriría sin ver al Salvador del mundo, y ahora al llegar esta pareja de jóvenes esposos con su hijito al templo, el Espíritu Santo le hizo saber al profeta, que aquel pequeño niño era el Salvador y Redentor.

Simeón emocionado pidió a la Santísima Virgen que le dejara tomar por unos momentos al Niño Jesús en sus brazos y levantándolo hacia el cielo proclamó en voz alta dos noticias: una buena y otra triste.


La noticia buena de Simeón
Este Niño, será el iluminador de todas las naciones y muchísimos se irán en favor de Él, como en una batalla los soldados fieles en favor de su bandera. Y esto se ha cumplido muy bien. Jesús ha sido el iluminador de todas las naciones del mundo. Una sola frase de Jesús trae más sabiduría que todas las enseñanzas de los filósofos. Una sola enseñanza de Jesús ayuda más para ser santo que todos los consejos de los psicólogos.


La noticia triste de Simeón
Muchos rechazarán a Jesús, y por causa de ello, la Virgen Santísima tendrá que sufrir de tal manera, como si una espada afilada le atravesara el corazón. Ya pronto comenzarán estos sufrimientos, con la huída a Egipto. Después vendrá el sufrimiento de Jesús en el Calvario, y la Virgen padecerá el atroz martirio de ver morir a su hijo, asesinado ante sus propios ojos, sin poder ayudarlo ni lograr calmar sus crueles dolores.



FIESTA DE LA CANDELARIA
El día 2 de febrero de cada año, se recuerda esta presentación del Niño Jesús al Templo.

También ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas (velas hechas de parafina pura), a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como la luz del mundo, y nos recuerdan que también los cristianos estamos llamados a ser la luz del mundo.

De aquí viene el nombre de la "Fiesta de las Candelas" o el "Día de la Candelaria".

La fiesta de la Candelaria es una fiesta que podemos aprovechar para reflexionar acerca de la obediencia de María y para agradecer a Jesús que haya venido a iluminar nuestros corazones en el camino a nuestra salvación eterna.


JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA
Desde el año 1997, en la Iglesia católica se celebra también el día 2 de febrero, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Esta Jornada tiene como objetivo ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor.


JESÚS ES LA LUZ
* Jesús es la Luz que ilumina los corazones que le buscan y le esperan.

 
* Jesús es la Luz que nos ilumina en medio de las oscuridades y vicisitudes de la vida.

* Jesús es la Luz que nos ilumina para encontrar la Paz.

* Jesús es la Luz que nos ilumina y nos llena de esperanza.

* Jesús es la Luz que ilumina nuestras mentes y corazones.


Gracias Señor, por encarnarte en uno como nosotros, por ser la Luz que ilumina a todas las Naciones, y por ser Luz de todas las gentes.
¡Dichosos quienes se dejan iluminar
 por Cristo,
porque tendrán la Luz de la Vida!